
Te reto.
Te reto. Sí, a ti, a los aspectos que conforman tu personalidad, a todo lo que no puedes ver ni tocar, a eso que te hace sentir, que te permite vivir.
Porque la vida es un continuo de pruebas, un continuo de decisiones, un discontinuo de aciertos y errores, una alternancia de tropiezos y victorias. Sin orden, con sentido, diferentes, pero unidas.
Por ello y porque es bueno poner a prueba nuestras capacidades, nuestros sentimientos, nuestras actitudes, lo que nos rodea…:
Reto a tu sonrisa a que no se esconda aunque no sople la brisa, a que siga impresionando almas y dejando boquiabierto al sufrimiento. Le reto a que mantenga su esencia sea cual sea la previsión del tiempo y a que sea pegamento para los corazones deshechos abriéndole camino a la esperanza.
Reto a tus sentidos, a que no dejen de recordarte que estás vivo, a que se fusionen y complementen de tal modo que se despliegue en ti un abanico de creatividad con el que afrontar todo lo que en tu camino entre a desordenarte y/o abrazarte.
Reto al egoísmo. A que no sea tan inmundo y le haga hueco al compañerismo.
Reto al pesimismo. A que recuerde todos los días, que no hay tregua sin olvido, que del barro sale la arcilla, que delante hay un camino.
También reto a las costumbres, a que cumplan en su momento pero que desafíen al aburrimiento y huyan del estancamiento.
Reto a tu dulzura, a empalagarme más si cabe que una nube de algodón de azúcar.
Reto al miedo, a que siga siendo tan canalla, a que pruebe a crecerse, ya que nunca será lo suficiente alto para que no puedas saltar su valla.

Imagen de Ana Gabriel
Reto a la amargura, a probar el lado loco de la cordura, a saborear sus lágrimas para plantearse un cambio, a vivir sin tanto desencanto.
Reto a la paz, a que no cese con su lucha ante el gran mal del odio.
Reto al orgullo, a que destape eso que oculta porque sólo a él le asusta.
Reto a la soberbia, a perfilar sus conductas y valorar el silencio.
Reto a la duda, a que siga cuestionándonos lo que sentimos, impulsándonos a hacer el pino, batiendo nuestros sentidos. Le reto a que siga con su provocación y empeño por liberarnos de la prisión mental, por crear pensamientos sólidos y reordenar nuestros objetivos.
Reto a la sorpresa, a que se olvide de la edad y nos haga entender que ella es mucho más que “lo que llega sin esperar”.
Reto a la ambición, a que ponga límites donde su motor empieza a repostar con los carburantes egoísmo, antipatía, frialdad y rencor.
Reto a tu mente, a que te libere de las cadenas del “que dirán”, a que te de la llave del candado de los estereotipos, a que les exija a tus sueños que sean grandes y no cese hasta que tus pasos caminen en la dirección que te hace feliz.

Imagen de Tyler Pruitt
Reto a la esperanza, a que no deje de cantarle al mundo lo que significa vivir.
Reto al conformismo, a que te anime a salir de ti mismo.
Reto al humor, a que siga quitando hierro a la vida, a que refresque el alma de los que sufren y con su arte calle el exceso de palabrería (a ver si consigue que hagamos más y digamos menos).
Reto a la alegría, a que se salte los “stop” que algunos corazones cuelgan en su puerta.
Reto a la amistad, a que siempre vaya más allá, a que confíe su verdad y de otra oportunidad a quien la aparta a la cuneta sin saber lo que desecha.
Reto al amor, a que llene hasta el infinito todo corazón.
Reto al luchador, al que no cesa y no se rinde, a que convierta en fuerte la cuerda floja, ya que en cruzar puentes y subir montañas tiene experiencia.
Aplaudo al levantado, porque ha aprendido lo que vivir supone. Porque ha entendido que la importancia no está en la caída, sino en como uno se repone.
Reto a tu persona, a que aproveche lo que se le brinda, a que disfrute del camino llamado vida. Que marque sus pasos y use sus manos. Que construya lo que se merece y recoja lo que con esfuerzo ha sembrado y en consecuencia, ganado con creces.
Y te reto a ti. ¿Qué a qué? A que sigas inspirándome. A que sigas deleitándome con esa mirada que garantiza mi sonrisa. A que sigas besándome con esa actitud que marca los pasos sin pausa ni prisa.
Te reto a que sigas. Te reto a que te retes.
La vida es un reto, afróntalo. (Madre Teresa de Calcuta)
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