
El fin del comienzo.
Martin L. King
Enamórate de tu idea
No sabía cómo, por donde, ni cuando empezar. Porque así son los comienzos, confusos, inciertos, ilusos y aventureros. Pero me dije: “qué más da, busca o inventa la manera y hazlo”; “porque lo sientes así, porque pensarlo te provoca tanto respeto como ilusión, porque en tu alma vive algo que ansía salir, porque será un modo de dar forma a varias de tus pasiones”. Y en este contexto decidí crear este blog. Así pues, un día cualquiera dí el paso y 2 años después aquí estoy recordándolo con todavía más ilusión si cabe y con el fin de este proyecto muy claro.
Con el transcurso del tiempo me doy cuenta de que sobreestimamos los comienzos. Cuantas parejas enamoradas fueron dos conocidos que se ignoraban y cuantos tropiezos a pie de salida han acabado en una buena marca. Nos resguardamos en los temores e ideas -que con el tiempo nos resultan absurdas-, retrasando así el conseguir nuestros deseos. Si tienes una idea, enamórate de ella y actúa en consecuencia.
El deseo enciende la llama, el esfuerzo y la constancia la mantienen viva.
Da el paso.
Hazlo. Ya sé que no estás seguro, que te da pavor equivocarte, que no sabes por donde empezar y que el viento sopla muchas veces en contra. Necesito que creas en ti, que no obvies lo que sientes y te imagines en el futuro con ello hecho realidad. ¿A qué es genial? Pues no lo disfrutarás sino das el primer paso hoy. Sabes moverte, así que no hay excusa. Puedes pensar, así que encontrarás razones. Y lo más importante, tienes corazón, por lo que darás con la manera de hacerlo con pasión. Hay muchos caminos, razones y maneras, pero tú solo necesitas crear un camino, a tu manera y desde tu coRAZÓN.
El primer paso es importante en cuanto a que tira la primera pieza del dominó y te obliga a seguir tomando la continua decisión de seguir adelante o estancarte.
Haz camino.
Las vidas no son planas por lo que todo proyecto en el que te sumerjas navegará sobre el oleaje de los acontecimientos que vivas. Saberlo es una ventaja en cuanto a prepararte para los posibles temporales, pero jamás debe ser una excusa para no echarte a la mar. De sobras sabes que la felicidad está al otro lado del miedo y tus proyectos más allá de lo que puedes divisar.
Con claridad también te digo que enfrentarte a un reto es una maravillosa oportunidad para conocerte a ti mismo, para percatarte de lo capaz que eres y poner el foco en la grandeza de lo pequeño (detalles, gestos,…).
Encuentra mayor satisfacción en el camino que en el destino.
Con un fin.
Todo comienzo debe tener un fin, los pasos hay que darlos con sentido, de lo contrario no andas, deambulas. Cuando miras el mapa es porque tienes una idea de a donde quieres ir. Si no tienes claro el fin de tus pasos, ante las bifurcaciones que se presenten en el camino (llámalas dudas) no sabrás qué hacer y tus decisiones no se guiarán por una estrategia sino por la inercia de las circunstancias. Además no defenderás tu objetivo, porque si no hay un fin no hay una meta que defender.
Un camino sin sentido es una cárcel para el alma. Evita la comodidad de ir a la deriva. Lo que hagas que sea con corazón. Un corazón lo más limpio posible de rencores y rabias, lo más lleno posible de pasiones y ganas. Este es el modo de vivir en paz con uno mismo y de construir con sentido.
La incertidumbre sobre el devenir pierde peso cuando uno tiene la certeza de lo que pretende conseguir.
Lleva chubasquero.
Sin rodeos te digo que vivirás crisis, no tanto sobre el valor de tu idea sino sobre el modo de desarrollarla. Habrá momentos de dudas existenciales, sobre los frutos del esfuerzo, sobre el devenir, sobre si tus deseos se diluyen ante la falta de refuerzo…pero no hay tormenta que sea eterna. La duda es una oportunidad para ampliar tu campo de visión, para destacar tus progresos y para despojarte de frenos. Los interrogantes te proponen sentarte 5 minutos a pensar antes de seguir caminando de manera inerte, te invitan a introducir cambios con identidad. Aunque no sirve cualquier cambio, sino los que hagan que el hoy sea mejor que el ayer.
Que los momentos de fugaz desesperación y periódicas dificultades sirvan para recapitular lo conseguido y coger fuerzas para seguir generando una reserva de ilusión para los próximos vendavales.
Ve acompañado.
“Si quieres ir rápido camina solo, si quieres llegar lejos hazlo acompañado”. Me arrodillo ante este proverbio africano. Creo que no hace falta más que ojear un poquito en nuestras vidas para encontrarle el sentido a dicha frase.
No vale cualquier compañía, cuida a quien te impulsa e invita a ser mejor. Quien no te coarta sino que señala lo “ilimitado” de tu ser. Estas personas saben ir a tu lado aunque lleven otro ritmo, y esto solo se consigue con amor.
Sin amor se pierde el sentido de las cosas, también de los proyectos.
Si tienes un sueño, muévete. El camino lo dibujan tus huellas.
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