
Las experiencias tienen más de puente que de destino.
Abrázate
Lo sé corazón. Sé que no esperabas que fuese a doler así pero esto es signo de que vives. Y quien vive no actúa con la premisa de evitar ni autogenerarse el dolor, pero tampoco le niega la existencia cuando aparece. Y no, no cabe ningún “de haberlo sabido”, tus latidos dicen que volverías a apostar, bien sabes que la valentía te ha vestido en este trazo del camino y eso es lo que toca subrayar del mismo: tus agallas y que el camino continúa con buena dosis de aprendizaje en la mochila.
Lo sé, no te lo que mereces, pero todo llega a ti para algo, todo está bien. Las experiencias tienen más de puente que de destino y, muchas veces, no tomamos consciencia de ello hasta unas cuantas experiencias después. Así que no pretendas entenderlo todo, sino sentirlo y aprender con ello. Deja que tu mente y corazón se abracen. CONFÍA.
Lo sé…, y tienes derecho a sentirte bien orgullosa, porque te he visto empezar días abatida y no dejarte gobernar por la emoción, pero tampoco impedirle ser. Te he visto bailar con el caos de una manera maravillosa, propia de quien se sabe vulnerable pero a la par reconoce sus fortalezas y las usa, propia de una persona BELLA, como lo eres tú.
Confía, todo está en su sitio aunque no encaje.
Todo está en su sitio, a pesar de los peros, los deseos y las expectativas. El debate no es si lo mereces o no -por ahí se va hacia la culpa o indefensión-, tampoco si estás preparada o no -lo estás- o si es justo o injusto; el margen de negociación que la vida te da está en el camino de la aceptación, el amor y la superación. No es preciso que lo comprendas ahora, pero sí que lo vivas aunque no sea lo que esperabas.
Recuerda que todo no está bajo tu control y sin aceptación te condenas al estancamiento. Recuerda también, que aceptar solo es un paso en un camino en continua construcción.
Puedes verlo así o de otra forma, pero puesta a darle sentido a lo que acontece, que sea desde el amor, que sea invitándote a mejorar y a posibilitarte que un “no” se convierta en un “sí” mejor, que la experiencia sea puente y no portazo.
Por favor, aunque lo que suceda no te encaje, pon el foco en tus fortalezas, en lo mucho que ya has sido capaz de hacer, en aprender, reaprender y experimentar el ahora a pesar de lo imprevisto, el malestar o la incertidumbre; no falla, sólo así es posible no mendigar el hoy, sino VIVIRLO -a pesar de los cambios y pesares-, y comprobar mañana que todo estaba en su sitio.
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