Del otoño aprendí que aunque se caigan las hojas el árbol sigue en pie

Anónimo

Doy gracias al verano. Abro mi alma al otoño.

Me encantan todas las estaciones del año. Esto me viene de madre, a todo le veo su encanto (gracias mami). Las estaciones me permiten fluir siendo lo que soy. Me dan pie a mantenerme dinámica, cómoda en el cambio, aceptando la regeneración, en apertura constante al crecimiento.

Necesitamos el comienzo de curso y del otoño, no es grato todo lo que se siente, pero siento que es un momento de soltar y regenerar, de aumentar las dosis de confianza y disponerse para prepararse para la próxima primavera. Es momento de comienzos que empiezan con caídas de hoja (soltando) y nos animan a mantener la fe de que volveremos a vernos brotar y con flor si nos tratamos con mimo y nos mantenemos con fe hasta la primavera.

Que necesario es el otoño. Soltar lo que no es coherente con tu esencia y/o te impide avanzar (gestos, hábitos, creencias, actividades, personas,…). Desamarrar lo que pesa, ya no es útil o tapa tu luz. Pausar lo que no es viable en este momento. Reorganizar tu vida para que tenga cabida lo que deseas. Desprovisionarte de lo mundano. Exponerte a observarte desnudo/a y no quedarte otra que decir “confío en mí”.

Que necesario es el otoño. Tener el valor de no juzgarte al ver tus ramas sin hojas, sin flor, con tonalidad tenue, con sabor a hogar y tranquilidad, sentir frío y olor a “tengo miedo”, pero confiar. Aceptarte en esta fase, reconocerte válido/a a pesar de lo que te despojas, careces o no es. Recordar que la naturaleza humana lleva sus fases y curso, que resistirte no impedirá que caigan las hojas.

Confiar en que al soltar fortaleces tu ser al igual que las hojas fertilizan la tierra. Estar abierto/a al cambio. Aceptar que para llegar a la primavera se pasa por el resto de estaciones. Mimar y valorar tu tronco y las raíces que lo sustentan. Cuidar lo importante, saber que si eso está lo demás puede llegar. Atender y mimar las raíces. Confiar.

Actuar en coherencia a lo anterior para que llegado el momento (ajeno a tu control pero determinado por tu gestión) inicie tu primavera.

Trátate bien en todas tus fases y confía, la primavera llega.

¡GRACIAS OTOÑO!