
No te olvides de ti.
Necesitamos compararnos menos y mejorarnos más; compaginar el admirar lo ajeno con cuidar nuestro interior con continuidad y también sabernos premiar.
Ama-te.
No hay que esperar a perdernos y encontrarnos para valorarnos, ni aguardar a lamentar desde el futuro lo mucho que pudimos ayer. No nos malgastemos por el camino mientras nos entregamos, que entregarse no debe ser incompatible con quererse.
Cuando proteges lo que eres, cuidas mejor lo que tienes. Cuando te olvidas de amar, te olvidas de ti, tu “aura” cambia de color y tu visión del mundo empeora. Y es que, cuidarnos a nosotros mismos pasa por ser capaz de reciclarnos sin olvidarnos de nuestras raíces y los valores que nos sustentan, acariciar a la familia y celebrar la amistad.
No te dejes malear.
Ser flexible y estar abierto a los cambios no te convierte en un ser de plastilina con el que otros puedan jugar a su antojo. Tú te mereces gestos nobles y no actitudes juglares, así que no te olvides de ti al crear un nosotros y mucho menos ocultes la letra pequeña de tu personalidad, quien sea capaz de leerla con el corazón, se quedará.
La vida puede erosionarte, pero eres tú quien decide que forma tomar. No te esfuerces por ocultar las cruces, todos tenemos, y hazte valer, ya que como te trates a ti mismo da ideas a los demás de como interactuar contigo.
Modera la auto-exigencia y échate flores.
Entrénate en cada experiencia pero ten la visión de darte treguas cuando al agobio se le vea a la legua. Que la vida es una carrera de fondo donde se necesitan descansos, así que no te importe más la prisa que trabajar con una sonrisa.
Echarse flores y ser sencillo no está reñido, por lo que cuando examines tu conciencia, no olvides reforzarte por lo bueno y con lo negativo tener paciencia.
No ocultes la letra pequeña de tu personalidad, quien sea capaz de leerla con el corazón, se quedará.
Confía en ti…
…sin darle la mano a la arrogancia. Es de sabios valorar las muestras de cariño y ser agradecido; reconocer el éxito ajeno y deleitarse sin necesidad de hacer ruido. Absorbe la magia de los halagos pero recuerda que la combustión viene de dentro. Así que no te desoigas, dedica tiempo a comprenderte y dale valor a lo que sientes.
Más vale conseguir menos siendo uno mismo que mucho a costa de no reconocerse.
Evoluciona sin dejar de ser humano.
Fórjate una personalidad íntegra, de esas que se hacen notar aun cuando no están. Sé de piedra frente a lo banal, esponja ante lo que te empuja a madurar y mantente abierto a los cambios sin olvidarte de ti, porque lo que da calidad al recorrido no es la longitud del trayecto sino el hecho de estar recorriéndolo siendo fiel a uno mismo.
Imagen cabecera: Imani Clovis
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