
No tienes las de perder, tienes las de aprender.
No hay mejor medida de lo que una persona es que lo que hace cuando tiene completa libertad de elegir.
William M. Bulger
Todo está en su sitio aunque no te encaje
Quizás no en el ahora, pero la vida seguro te ha mostrado la dificultad del verbo elegir, de algunos marcados puntos de inflexión, que como tal, te exigen soportar un tiempo de recorrido incierto donde te invade la sensación de caminar con nubes en la mente, que terminan por despejarse, cuando asumes la premisa de que elijas lo que elijas, elegirás bien. Porque todo está bien, porque todo está en su sitio aunque no nos encaje. Porque lo que elijas ahora, con las circunstancias que tienes, no es justo cuestionarlo desde otro instante ni es comparable a la elección que harías en cualquier otro momento, donde el aprendizaje ya habrá dejado otra huella en ti y perfilado tu perspectiva ante las diferentes opciones. Así que, partamos de aquí.
Renunciar para acoger
En medio de ese halo de incertidumbre donde varias opciones están a tu alcance y, a modo de concurso, solo puedes quedarte con una, por instantes te puede tentar desechar todas y resetear el presente. ¡Para! es el agobio haciendo estragos y el miedo llamando a la puerta, y desde ahí no, desde ahí no se elige. Respira hondo, tienes derecho a sentirte así, piensa en tus prioridades y objetivos y reflexiona que opción encaja mejor en tu proyecto de vida. Si buscas perfección el esfuerzo será en vano, si buscas progresión ya habrás triunfado. Y no subestimes este proceso, el comienzo, las bases, son el fundamento de lo que vendrá.
En medio de una espiral de opciones donde todas tienen algo que te atraen y algo que no, tendrás que estar dispuesta/o a renunciar para acoger. En definitiva, a apostar, que traducido en el lenguaje de la valentía es confiar en tus capacidades para moldear y estirar la opción elegida a tu favor.
Tienes las de aprender
Consiste en tomar decisiones aquí y ahora, desde la valentía, desde la seguridad que aporta el creer que pase lo que pase tienes capacidad para seguir adelante. A veces no encontrarás de inmediato la manera de hacerlo, y tendrás que avanzar a pesar de la falta de nitidez, pero recuerda que tu capacidad de superación siempre va contigo. Prueba de ello es que otras veces ya fuiste capaz de abrirte paso entre la incertidumbre.
No tienes las de perder, esas nunca se tienen si un@ no quiere. Tienes las de apostar, construir y aprender. Tienes las de marcar la diferencia entre avanzar y progresar. Tienes las de elegir y no las de “deber hacer”. Tienes las de asumir que todo cambio implica dejar algo atrás y que apostar significa no tener garantía sobre el resultado. Pero porque no es necesario, porque no hay opción perfecta, pero sí actitud heroína. Y esto, esto es lo que nos salva del fracaso.
Que no, que no tienes las de perder, que tienes las de aprender. Y con esta premisa como base, pase lo que pase, tienes el éxito asegurado independientemente del resultado. Eso sí, sin una pizca de valentía no hay éxito; y sin riesgo no hay valentía; y con “toda seguridad” no hay riesgo; y con todo ello hay frustración enmarcada y proyecto en borrador.
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