
Siente la vida.
¡Para! ¡Invádete de las sensaciones! No hace falta que digas nada. La vida no hay que definirla, hay que sentirla. Las palabras no siempre van a estar a la altura de tus sentimientos, pero sí tus sensaciones, tus gestos, tu tiempo. Lo solemos decir: “hay cosas que no es posible describir con palabras” y tenemos razón, no son necesarias tantas descripciones para demostrar lo que sentimos, porque cuando uno siente, el diccionario se escribe solo.
No te quedes en la silueta de lo que eres, ni en la primera impresión de las personas. No hagas lectura diagonal de la vida, nada hasta el fondo, empápate mientras descubres la belleza que hay debajo de una piel, no te limites a ver la punta del iceberg.
Ten el valor de ser, aunque nada será si no lo sientes. Sé un valiente que siente sus miedos porque no hay valentía si no hay temor. Sé alguien que no necesita tener títulos para sentirse importante ni mucho menos usar caretas para demostrar lo que vale. Y si así lo sientes, titubea ante los paraderos de la vida, porque no hay acercamiento sin duda intermedia -ni entre dos personas, ni entre tus sueños y tú, ni entre el problema y la solución, ni entre la vida y la muerte-.
Sé racionalmente loco e irracionalmente metódico. Deja que tus emociones eclosionen, te aturdan y luego maduren. Llora a carcajadas y usa el humor para acotar distancias; da abrazos para frenar la ira y juega al despiste con la sorpresa; besa para transmitir calidez, baila contra el estrés y con la incertidumbre juega al “chocolate inglés”.
Diviértete con tus virtudes y despista a tus defectos. Ejercita tu mente hasta sorprender a tus neuronas, ríe hasta que te salgan abdominales, tiembla al sentir escalofríos y llora si en tu alma empieza a manar un río. Que se note cuando te sientes bien o grita “mierda” según se de. Déjate ayudar, esto te engrandece; empatiza porque humaniza; y supérate con creatividad de tal modo que te sorprendas a ti mismo antes que a los demás.
Siente la libertad, a tu lado y junto a otros costados. Libérate de quien te haga sentir enjaulado, la compañía ha de impulsar y la libertad nacer de mostrarte tal como eres. Y por favor, graba lo siguiente en tu mente: el amor es una expresión de libertad, que no debe coartarte sino potenciarte.
Abre tu mochila cuando alguien tome interés en tu vida. Comparte con ese alguien especial la experiencia que esconde cada recuerdo que guardas. Comunicaos y hacer por comprenderos. Equilibra lo que realmente ves y sientes con lo que estabas recreando en tu mente.
No te recrees en la ausencia y celebra la esencia que todavía permanece. Recuerda que para grabar en tu memoria un instante de tu vida solo tienes que sentirlo con fuerza, ya que cómo te sentiste en ese momento es lo que avivará su recuerdo.
La vida se escribe sintiéndola. Cuando uno siente, el diario se escribe solo.
Siente la vida.
Foto cabecera: Andre Hunter
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Qué grande María!Vaya tela…
Vaya tela tiene la vida jaja Muchísimas GRACIAS tocaya y a sentir de pleno la vida 😉